Día de clase
De pronto logra lo que quiere
Historia dentro de un salón de clase, que busca tomar el momento por medio del escrito de una crónica
Por: Leidy Yaneth Rodríguez
Un ardor y un vacio en el estomago, le recuerda que son las 10 de la mañana, lo peor es no poder comer nada en este momento y tener dentro de la maleta un rico pan de yuca que envió su abuela ayer, diciendo “para mi chinita querida”.
Las ganas de bostezar y de estirarse aunque sea solo una vez, se quedan en la silla, mientras intenta escribir una crónica, género periodístico que no le gusta mucho a María.
El profesor habla y habla, mientras los alumnos se inspiran en su escrito, intentan concentrarse pero no es posible, escuchar hablar a aquel personaje los distrae, quizá eso era lo que quería, para al final hacer lo que más le gusta y su palabra favorita es: rajarlos. Palabra que dice en un tono irónico y que parece disfrutar cuando la pronuncia, acompañado de su frase, también favorita: yo me la sé, fui el inventor de esa técnica, de esa trampilla que piensan hacerme.
De pronto muchos de los alumnos allí presentes, solo esperan el momento en que él diga, termino la clase, no voy a recoger su trabajo, era solo eso, un trabajo en clase. María a cambio quiere terminar su escrito de la mejor forma posible, esto no se lo impide, su profesor que tanto habla, sino el hecho mismo de que no le parece que la crónica sea su fuerte, tal vez prefiere, escribir una noticia o hacer una entrevista y lo ha comprobado en la presentación de sus trabajos pasados.
Cuando se da cuenta en su escrito, ha completado una cuartilla, le parece sorprendente, porque no sabía cómo iniciarlo, entonces es cuando concluye, el profesor quizá no logre lo que quiere, pero yo si logre hacer mi escrito.
lunes, 26 de octubre de 2009
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